Todos encontramos gran valor en que nuestro hogar sea un espacio acogedor en el que nos sintamos seguros y protegidos. Esto cobra especial relevancia en este tiempo de permanencia de las niñas, niños y adolescentes en casa, pues necesitamos asegurar que en ellos se cuida su integridad física, emocional y social y encuentran la tranquilidad y confianza necesarias para vivir esta experiencia nueva y excepcional.
En casa las familias y cuidadores lideran la generación de condiciones que les ofrezcan seguridad y protección. Ustedes cuentan con la experiencia que les permite:
Reconocer las características y capacidades que tienen sus niñas, niños y adolescentes
Cada niña, niño o adolescente cuenta con características propias que pondrán en juego para vivir esta situación. Hay quienes son hábiles con sus manos, quienes son conversadores, quienes son pausados, quienes necesitan estar en movimiento, quienes son tolerantes y quiénes no. Compartir este tiempo de convivencia significa que las distintas formas de ser puedan interactuar. Habrá que ser flexibles y tolerantes entre todos para contribuir a la armonía y el bienestar común.
También es fundamental considerar aquellas capacidades de las niñas, niños y adolescentes que les permiten protegerse de riesgos, pero a su vez aquellas pueden exponerlos a situaciones que probablemente para un adulto no representa peligro, pero para ellos sí. Por ejemplo, un armario que permite a un niño pequeño escalar y acceder a una ventana.
Garantizar que las niñas, niños y adolescentes están bajo el cuidado de personas adecuadas
Este aspecto central en la garantía de su seguridad y protección. Para ello es necesario tener en cuenta:
- No dejar a los niños y niñas solos en una habitación o en casa, sin vigilancia periódica de un adulto responsable.
- Evitar que sean menores de edad quienes estén al cuidado de otros niños y niñas.
- Conocer a las personas que se quedan con ellos y en lo posible procurar que otras personas puedan observarlos.
- Enseñarles que NADIE (conocidos o desconocidos) puede tocar su cuerpo ni hacer caricias que le incomoden. Así mismo, ofrecer la confianza y espacios de comunicación para que manifiesten cómo se sienten en la interacción con una persona o lugar en particular.
- Indicarles quiénes son las personas de confianza a quienes pueden acudir en caso de que lo requieran.
Revisar las condiciones ambientales que ofrece el hogar
Esto permitirá que las familias puedan transformar aquellas que son adversas y cuidar aquellas que son favorables para la protección de las niñas, niños y adolescentes:
- Verificar condiciones seguras según la edad de los niños, niñas y adolescentes para el acceso a terrazas, escaleras, pisos altos, ventanas.
- Colocar pasadores o cierres de seguridad de fijación manual en las puertas. Es recomendable que la chapa o seguro deslizante esté lo suficientemente alto para que los niños y niñas pequeños no lo alcancen.
- Evitar que jueguen en lugares peligrosos como escaleras, ventanas, balcones, así como en proximidades de hoyos, pozos, piscinas, etc.
- Vigilar el uso de estufas, cuidar la disposición de las ollas y mantener cerrada la llave del gas si no se está cocinando.
- Durante la preparación de alimentos es necesario estar vigilantes para prevenir quemaduras y accidentes.
- Verificar que los enchufes de la red eléctrica se encuentran protegidos.
- Evitar cuchillos y otros objetos cortopunzantes al alcance de los niños y las niñas.
- Guardar productos peligrosos. Mantener lejos de su campo de acción los productos de limpieza y otros que resulten ser potencialmente tóxicos, así como los medicamentos. Ubicarlos en estanterías o muebles altos o en lugares bajo llave para evitar su ingestión.
- Es importante mantener los químicos en su envase original. Nunca se deben envasar en contenedores de leche ni comida, pues los niños pueden pensar que es algo para tomar.
- Guardar los fósforos, cerillas y encendedores, asegurarse que estén fuera del alcance de los niños y niñas. Es importante hablar con los niños y niñas sobre la seguridad frente al uso del fuego y plantear un plan de escape en caso de incendio.
- Tenga a la mano los números de atención en caso de emergencia de la policía, ambulancia, hospital más cercano al hogar, entre otros.
Tramitar los conflictos
Permanecer juntos por un periodo largo de tiempo en estas condiciones de aislamiento preventivo traerá consigo tensiones o peleas que con un acompañamiento adecuado permitirá a las niñas, niños y adolescentes aprender a relacionarse, a compartir, a ceder, a defender sus intereses, a controlar su cuerpo.
Es muy importante posibilitar que expresen sus sentimientos de enojo, molestia, rabia, indignación y apoyarlos en la experiencia de aprender a manejar y expresar este tipo de emociones, en especial la rabia, la impotencia, la injusticia y la frustración de maneras más aceptables que les permita relacionarse mejor con las demás personas.
Recuerden que las tensiones disminuyen si nos esmeramos en:
- Procurar que coman y duerman o descansen suficiente y adecuadamente en las horas acostumbradas.
- Promover que realicen actividades divertidas y lúdicas en la vida diaria.
- Explicarles las razones por las cuales no pueden hacer ciertas cosas. No todo se puede concertar, pero es respetuoso explicar el por qué. Ejemplo: No te puedes asomar a la azotea porque te puedes caer.
- Evitar las peleas por cosas sin importancia. Ayudarles a identificar lo que realmente importa: no tocar la estufa, lavarse las manos con frecuencia, alimentarse bien. Cuidarnos y cuidar a los demás.
- Permitir que las niñas, niños y adolescentes tomen decisiones. Qué ropa usar, qué libro leer. Estos les permite sentirse independientes y estar más dispuestos a respetar las reglas.
- Tener reglas claras y adecuadas para la edad, ojalá compartidas con ellos y ellas o por lo menos explicadas.
- Evitar llamar la atención o corregir con golpes, gritos, amenazas u otras agresiones. Se puede ser firme pero suave, corrigiendo a través del diálogo.
- Invitarlos y motivarlos con suavidad y amabilidad a realizar las cosas que debe hacer.
- Llegar a acuerdos sobre la forma de manejar las diferentes situaciones.
- Evitar exponerlos a situaciones violentas o a burlas y humillaciones.
- Ser ejemplo de manejo adecuado de las rabias.
Así entre todos lograremos un entorno seguro y protegido, en donde velamos por el bienestar de las niñas, niños y adolescentes y aprendemos que nos respetamos y cuidamos entre todos.