Querida familia Camilista
Un tema muy importante en la crianza y educación de nuestros
hijos es cuando notamos que nuestro hijo empieza a tener un comportamiento
negativo frente a las actividades. Cuando uno educa a un niño le está dotando
de responsabilidades y de compromisos: hacer los deberes, ser bueno, comer
bien, hacer la cama, etc. Estas son tareas que exigen un esfuerzo por parte de
tus hijos. Debemos vigilarnos para no exigir demasiado de nuestros hijos.
Cuando nos pasamos, nuestros hijos lo sienten. Si tu hijo no consigue llevar a
cabo todas las tareas, puede sentirse frustrado e incapaz, sentimientos que
pueden llevarlo a la negatividad. Tu hijo pensará que haga lo que haga no
conseguirá sus objetivos, y empezará a decir NO a todo y a todos. Si tienes un
hijo con actitudes negativas, sería bueno que siguieras algunas estrategias:
1- No
te dejes ofender por el NO de tu hijo(a). No
confundas el NO con la falta de respeto. Tu hijo solo te estás
"preguntando" si realmente tendrá que hacerlo. Usa tu
sentido de humor para voltear el tema.
2- No castigues a tu hijo(a) por decir
NO. No le
castigue por lo que dice y sí por lo que haga. Pásalo por alto del tema para no
prolongarlo.
3- Ofrece otras opciones a tu hijo(a).
Que
él elija entre ir al cine o al circo, qué jugar, qué fruta comer, o qué ropa
poner... Eso le dará más libertad y control de decisión.
4- Demuestra a tu hijo(a) que hay
cosas por las que él puede protestar y cosas que no. No le
permitas hacer preguntas cuando sólo hay una sola respuesta aceptable. Es mejor
decirle "lo siento, pero tienes que hacer los deberes“.
5- No exijas cambios drásticos de
actividad. Antes
de pedir a tu hijo que está jugando en el patio con sus amigos, a que suba a
casa, dile que todavía le queda cinco minutos para jugar.
6- No seas muy exigente con tu
hijo(a). No lo
cargues de demasiadas exigencias. Evita la discusión excesiva. Motívalo
positivamente.
7- No tengas una postura negativa
con tu hijo(a). Recuerda
que muchas de las actitudes o posturas que tienen los hijos, buenas o malas,
provienen de sus padres, de cómo se portan delante de las tareas que afrontan
en su día a día.
Convivir con un niño negativo requiere
mucha paciencia, comprensión y tolerancia. Y sobre todo un manejo positivo de
la situación.
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